Esterilización forzosa de mujeres en Japón

He estado leyendo sobre las mujeres japonesas que, desde 2018, están demandando al Estado por haber sido esterilizadas sin su consentimiento hace décadas, con la base legal de la Ley de Protección Eugenésica de 1948.

Esta Ley pretendía controlar el crecimiento de la población japonesa después del fin de la Segunda Guerra Mundial, evitando el nacimiento de personas consideradas inferiores por tener trastornos o enfermedades mentales, así como alguna discapacidad o una enfermedad hereditaria de cualquier tipo. La ley permitía la esterilización quirúrgica de mujeres cuando ella, su marido, o cualquier familiar hasta 4º grado de consanguinidad tuviera una enfermedad genética grave, o cuando el embarazo pusiera en peligro la vida de la madre, incluso sin su consentimiento ni el de su familia.

Al año siguiente la ley se reformó para incluir enfermedades o características no hereditarias, y para obligar a las mujeres a abortar cuando el embarazo fuera fruto de una violación, en caso de lepra o de inviabilidad del feto, e incluso por motivos económicos.

A partir de 1953 se autorizaron las contenciones mecánicas, la anestesia forzosa y el engaño para conseguir llevar a cabo la intervención quirúrgica.

En 1972 se desataron las protestas para evitar que saliera adelante una propuesta de reforma legal que habría permitido inducir abortos forzosos a mujeres cuyos fetos tuvieran alguna discapacidad.

No fue hasta 1996 cuando se eliminaron las cláusulas discriminatorias hacia las personas con alguna discapacidad y se prohibió la esterilización forzosa.

Estas esterilizaciones, aunque se practicaron también a hombres, afectaron principalmente a mujeres.

En marzo de 2016 el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres de Naciones Unidas declaró que la esterilización forzosa era una violación de los derechos de las mujeres, y solicitó al gobierno japonés que facilitara a las víctimas el acceso a apoyo legal y a indemnizaciones.

Y fue en el primer trimestre de 2018 cuando un grupo de víctimas habló frente a un auditorio en la Universidad de Tohoku Gakun, en Sendai, para hacer público lo ocurrido, contando sus experiencias, y para reclamar al Gobierno disculpas y compensaciones para todas las víctimas.

He podido leer acerca de dos testimonios:

El primero, el de una mujer que fue esterilizada en 1963, cuando tenía 16 años, en el noreste de Japón, sin haber sido informada previamente.

La llevaron a la fuerza a una clínica para realizarle una operación sobre la que no recibió información. La anestesiaron y no recuerda lo que pasó después. Se enteró más adelante de que había sido esterilizada por sospecha de enfermedad mental. Intentó revertir la esterilización, pero no era posible.

Desde entonces sufre secuelas, como dolores abdominales, además de la carga psicológica.

El segundo testimonio es el de una mujer que fue esterilizada en 1972, cuando tenía 15 años, porque los responsables de un hospital determinaron que tenía una enfermedad mental grave hereditaria. Nadie la informó de lo que le iban a hacer.

La esterilización redujo sus posibilidades de matrimonio, porque por entonces la sociedad entendía el matrimonio como un medio para tener hijos y, cuando una mujer no podía tenerlos, los hombres no querían casarse con ella.

Los registros oficiales indican que fue esterilizada por tener un retraso mental hereditario, pero su familia sostiene que su condición no es hereditaria, ya que la achacan al daño cerebral sufrido por un exceso de anestesia cuando la operaron, siendo una niña, de paladar hendido.

Esta mujer demandó una compensación al gobierno japonés, argumentando que la Ley de Protección Eugenésica incumplía la Constitución al infringir el derecho de las personas a ser respetadas, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad, y que el gobierno cometió una violación de sus derechos humanos al haberles impedido tener hijos.

Este caso ha sido el primero, y otras víctimas esperan que sirva para abrir camino para conseguir una disculpa generalizada por parte del gobierno japonés.

Las dos fuentes principales de información para este post son estos artículos:

https://www.theguardian.com/world/2018/apr/04/they-stole-my-life-away-women-forcibly-sterilised-by-japan-speak-out

https://www.japantimes.co.jp/opinion/2018/02/03/editorials/victims-eugenics-law/#.XuNfqeShezc

 

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